Tal y como os dijimos en nuestro anterior artículo, os dejamos a continuación un interesante aporte «culinario».
Todos hacemos nuestros “pinitos”, con mayor o menor suerte, en la cocina; por eso siempre que vamos a realizar una expedición sopesamos la duda de qué comida llevar, para cuantos días y qué peso nos va reportar en nuestra mochilas.
No es tan complicado y en parte ya os dimos algunas indicaciones en el mencionado artículo anterior: la comida que debemos llevar a la montaña debe ser de nuestro gusto, si, pero siempre debe pesar lo menos posible y, a cambio, aportarnos la mayor cantidad de energía: embutidos, pasta, chocolate y frutos secos, comida liofilizada…
Sin embargo, lo realmente importante no es únicamente esto, sino también el como debemos cocinar nuestros alimentos. Hecho que la mayoría de la gente no hace de forma correcta cuando debe hacerlo en plena naturaleza.
Recordad que si los utensilios y el agua, que utilizáis para cocinar, no están en perfecto estado podéis contraer desde una leve diarrea hasta una grave enfermedad. Así que utilizad el siguiente documento para instruiros bien en las normas básicas de seguridad de la cocina campestre:
[…] (Antes de seguir, por favor, consultad el artículo previo sobre cocina de montaña.) […]
[…] nuestro próximo artículo es dejaremos un pequeño aporte sobre cocina de montaña que esperamos os resulte igual de útil […]