El pasado mes de octubre de 2022 una nueva medición llevada a cabo por el grupo topográfico catalán Sostremetries sobre el Pico Arnales (o Pico Norte de Pondiellos) reveló la que podría ser su «verdadera altura«, situada al parecer por encima de los tres mil metros sobre el nivel del mar.

Hasta ahora, esta montaña era considerada uno de los «tresmiles fantasma» de la cordillera al existir numerosas mediciones que lo englobaban desde los 2.996 m. del IGN o los 2.999 m. del IGEAR hasta los 3.006 m. de otras listas no oficiales. Lo cual nos ha llevado a preguntarnos el por qué de tantas dudas acerca de estas mediciones y, sobre todo… ¿cómo se mide realmente una montaña?

El método tradicional para medir con montaña ha consistido siempre en el uso de un teodolito. Un instrumento de precisión que se usa para medir ángulos, y que es una técnica clásica topográfica en donde el técnico responsable del estudio elige dos puntos A y B de idéntica altitud (previamente conocida) y, tras medir la distancia que los separa entre si, hará lo mismo con respecto al punto C que queremos averiguar… la cima de la montaña que nos interesa. Una vez que se averiguan los ángulos resultantes de estas mediciones, y gracias a la línea de base que tenemos ya calculada, obtendremos la altura definitiva de nuestro objetivo.

Con este sistema (por supuesto, con las diferencias existentes en función del paso del tiempo) se han medido prácticamente todas las montañas desde que se iniciaron los primeros estudios topográficos, probablemente, en el antiguo Egipto. La altura del Everest, por citar solo un ejemplo relevante, fue averiguada por el Imperio Británico y su servicio cartográfico usando esta técnica; y la cota que determinaron erró por tan solo 8 metros con respecto a la que universalmente se acepta hoy de 8.848 msnm.

Sin embargo, actualmente, gracias a los sistemas de triangulación GPS las mediciones pueden determinarse con aún más precisión; como de hecho así lo han efectuado los topógrafos de Sostremetries. Aunque para ello deba portarse hasta la cima material sensible y pesado como un nivel óptico y un receptor GNSS (Sistema Global de Navegación por Satélite) profesional (con menos margen de error que los que habitualmente portamos los alpinistas corrientes) y los trípodes correspondientes.

Tan sencillo y tan complejo al mismo tiempo.

Pues bien, hasta aquí todo esto quizás nos resulte familiar por haberlo leído en otras publicaciones.

Pero, ¿dónde a nuestro juicio aparece ahora una cuestión interesante?

Pues en que… ¿desde donde debe tomarse la referencia de la «Cota Cero» sobre la que elevarse? ¿El nivel del mar es siempre el mismo si miramos al Mediterráneo o al Atlántico? Pues, de hecho… no. Está comprobado que, por ejemplo, el Mediterráneo está a un nivel algo inferior que el Océano Atlántico y sus mareas son más suaves; por lo que las mediciones sobre «tierra seca» podrían variar de tomar como referencia la costa de Murcia o, por contra, la Cántabra. Por eso, y aunque existe una red europea que indica cuales son estas «cotas cero» (United European Levelling Network) mediante el sistema EVRS, cada Instituto Geográfico tiene libertad para establecer un punto de referencia propio para sus mediciones; y sobre el cual deberán basarse todos los topógrafos para realizar cálculos dentro de su territorio nacional.

En el caso de España, la «Cota Cero» de nuestro país está constituida en la ciudad de Alicante debido a que el nivel medio del mar en esta ubicación costera es mucho más estable que en el resto de localizaciones propuestas en el siglo XIX, cuando empezaron a estandarizarse este tipo de estudios topográficos. Es el conocido como nivel medio del mar en Alicante o nivel medio del Mediterráneo en Alicante (NMMA) y se indica mediante una placa de bronce emplazada en el Ayuntamiento de la ciudad; desde la cual parten todas las triangulaciones geodésicas del IGN.

Pero, ¿coinciden estas medidas con las de otros países? Pues la verdad es que, nuevamente… no. Si, por ejemplo, tomamos como referencia la altura del Pico Aneto (3.404 m.) quizás esta varíe unos centímetros, o incluso un par de metros, en los mapas franceses salvo que hayan consensuado una altura promediada con las medidas españolas. Esto es debido a que Francia no usa el nivel alicantino, sino el llamado Nivel Marsella.

Y lo mismo nos puede suceder con otros países europeos. Como por ejemplo Alemania que basa sus mediciones (como hacen muchos otros países de Europa) en el Nivel Ámsterdam; Italia y su Escala de Génova; o Suiza y su Repère Pierre du Niton y Austria con el Wiener Null… por citar dos países sin acceso al mar.

Así que, la próxima vez que escalemos una montaña y lleguemos a su cumbre, quizás debamos preguntarnos todos a que altitud exacta nos encontramos… según el punto de vista que estemos usando. O mejor aún… dejarnos de números y récords, y disfrutar del momento y del paisaje.

NOTA: Si os interesa saber más acerca de cuáles son las «Cotas Cero» de otros países os animamos a investigarlo en la siguiente página web (en alemán).