En función del estado físico o los conocimientos técnicos de cada cual, la escala de valoración personal de una actividad en el medio natural puede resultar bastante variable en función de a quién consultes. Además, también se debe tener en cuenta que una misma ruta en invierno puede ser más dura que en verano; o que incluso un terreno sin inclinación pero pedregoso puede ser más complicado que una gran pendiente remontada gracias a un amplio sendero. Así, existen multitud de referencias en Internet a las que consultar, pero la subjetividad de un simple «fácil» o «difícil» no nos aportará mucho valor a la hora de anticiparnos a la ruta que vayamos a realizar.

Por tanto: ¿existe algún método más o menos fiable para conocer el nivel de dificultad de una actividad?

La respuesta es: si. Actualmente, de hecho, podemos encontrar tres métodos destacados…

 

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Método MIDE

Este primer sistema fue creado por Alberto París Roche y otros 11 expertos profesionales, y está respaldado por la FEDME; lo cual le ha otorgado desde hace años una amplia difusión en diferentes ámbitos relacionados con las actividades en el medio natural de nuestro país.

El método MIDE (Método de Información de Excursiones) fue concebido y desarrollado como un instrumento de información y prevención de accidentes para que cualquiera pueda valorar un itinerario y adaptarlo a su nivel; y analiza las actividades en función de la características del terreno, el medio natural en que se encuentra y la exigencia técnica y física que se requiere para afrontar su recorrido.

A través de la página web dedicada: Calcula tu MIDE, contamos con un sistema automático que analiza los datos de la ruta, a partir de unas características conocidas previamente. Al no tratarse de un procedimiento cuantitativo de datos en varios de sus apartados (como sí lo es el IBP Index), resultará por tanto fundamental ser lo más objetivo y honrado posible a la hora de desarrollar la clasificación de una actividad.

Los datos de la ficha que obtendremos al final del proceso harán referencia a 6 apartados: datos genéricos de la ruta, severidad del medio, orientación en el itinerario, dificultad en el desplazamiento, cantidad de esfuerzo y dificultades técnicas específicas.

Conviene dejar claro que el nivel de dificultad que se consigue con el MIDE depende de unos conocimientos previos de la actividad a realizar y el área a recorrer. Por tanto, si no se conoce esa información con anticipación difícilmente se podrá acertar con un resultado realista.

Por ende es importante subrayar que este es un método que principalmente debería consultarse en publicaciones (oficiales o no, siempre que tenga una reputación fiable) que hayan efectuado la actividad que nosotros ansiamos con anterioridad; o que incluso debería facilitarte un guía de montaña experimentado antes de hacer una ruta con él.

Sistema IBP Index

Este sistema es algo más reciente que el clásico MIDE y, en diferencia con este, no se necesitan conocimientos previos de la ruta sino que basa su clasificación de actividades en el análisis de los parámetros extraídos desde un track que le aportemos; tales como distancia, velocidad, altitud y desnivel. Cuando analiza estos datos es capaz de mostrar un detallado informe de la ruta y le otorga una puntuación entre 0 y 400 puntos.

Además de ser novedoso en su catalogación de dificultad debido a que se basa en análisis de tracks y no únicamente en simples preguntas y respuestas como es el caso del MIDE, contamos con la posibilidad de obtener esa información final desde un ordenador o desde su App exclusiva. Sea como fuere, y para conseguir una mayor precisión, podremos sesgar el informe de resultados y la puntuación IBP de dificultad de la ruta al identificar la actividad aportada al software como de: ciclismo, senderismo y/o running.

Para obtener una apreciación de la dificultad de la ruta, tendremos que valorar nuestra condición física (seamos de nuevo honestos, por favor) en la fila superior de la tabla anterior para, después, bajar por la columna correspondiente hasta encontrar el rango del número que coincide con el índice IBP que hemos obtenido tras analizar el track. Una vez allí, en esa fila, sabremos ya el nivel de dificultad de la actividad que pretendemos realizar en función de nuestra preparación física.

Como habréis imaginado al leer estas líneas, la pega ahora es que el nivel que se obtiene será en función del track concreto analizado ya que examina todo ese recorrido, incluido los tiempos de parada, tal y como los llevara a cabo la persona que lo subió a la red. Si no es nuestro track, os aconsejamos analizar varios tracks diferentes de la misma ruta para tener un resultado ponderado más realista.

 

Nuestra recomendación

Vale, todo esto está muy bien pero a la hora de la verdad… ¿por cual de estos procedimientos debo decantarme?

Si os habéis fijado bien, ambas metodologías tienen alguna pega y están sujetas también a cierta subjetividad de igual modo que aquel que en su sencillo blog online cataloga su actividad como «fácil» o «difícil»; pero en estos dos casos, al estar estos sistemas basados en una serie de diferentes ítems de valoración, su subjetividad se reduce en un grado importante.

Es cierto que la FEDME recomienda el uso del MIDE (y desde 2023 también el SIDIF) y este es ampliamente aceptado por numerosas publicaciones y organismos en nuestro país; pero también es cierto que el nuevo IBP Index aporta el valor de su App y una difusión más amplia fuera de nuestras fronteras.

Así que… ¿Cuál es la respuesta que nosotros os daríamos a la pregunta citada arriba?

Pues, en nuestro caso, que en todo aquello que esté relacionado con la seguridad personal siempre debemos pecar de exceso de celo. Por tanto, y aunque bien es cierto que nosotros le hemos dado preferencia al MIDE en nuestra web, antes de realizar una ruta conviene consultar varias fuentes (ya sean estas en papel o digitales, pero que sean fiables), que usen ambos métodos de valoración, y contrastarlas todas entre si para hacer una valoración personal lo más ajustada posible a nuestra realidad. Al final, el éxito o no de la actividad que vayamos a afrontar dependerá mucho de esta primera planificación.