Los Valles Pasiegos y Sobanos, y sus correspondientes cumbres, están enclavados en el corazón de Cantabria; pero suelen ser unos grandes desconocidos para senderistas y montañeros debido a la proximidad de los más elevados Picos de Europa. Sin embargo, toda la zona posee unos valores naturales indiscutibles representados principalmente en el Parque Natural de los Collados del Asón mediante bosquetes de hayas y encinares cantábricos, o por brañas que sirven de pasto a la autóctona vaca tudanca pasiega. En sus alturas, como la emblemática Porracolina, con sus 1.414 m., existen miradores excepcionales sobre la Bahía de Santander, los valles de Arredondo y Miera o, en días despejados, de los citados Picos de Europa; por lo que su atractivo se hace aún más patente.

Además de ser un paraíso para amantes del ocio activo de montaña, Cantabria también lo es para los espeleólogos; y por ello hay que mencionar también que el terreno kárstico de la zona es propicio para la formación de lapiaces, dolinas y una inmensa red de cuevas, muchas todavía en exploración. Entre ellas, en sus entrañas calizas, se encuentra el llamado Gran Pozo MTDE, junto a la Torca del Porrón; el segundo pozo vertical más grande del mundo con 435,92 m.

Así, si el tiempo y las fuerzas acompañan, a lo largo de un fin de semana recorreremos algunos de los caminos más relevantes de estos Montes y Valles para terminar por ascender a la cumbre de la mencionada Porracolina; aprendiendo por el camino todo lo que este espectacular paisaje de «alta montaña» (a pesar, si, de su modesta altitud) tiene para ofrecer.

El primer día el punto de encuentro con el guía será en el Monumento a la Vaca Pasiega, en el Alto de los Machucos; allí se facilitarán las primeras indicaciones, confirmaciones del programa y nos encaminaremos al comienzo de la primera ruta. Debido a que es mejor acceso, recomendamos localizar alojamiento en las localidades de Liérganes, Rubalcaba o San Roque de Ríomiera desde donde existe un mejor acceso que desde el valle de Arredondo.